El legado artesano del cacao
El legado artesano del cacao
Más de 190 años siendo pioneros del cacao
Las bebidas de cacao se consumen en todo el mundo. De Ghana a Nueva York. De Tokio a París. Pero no siempre ha sido así. El cacao solía ser amargo. Difícil de transportar. Y carísimo.
En 1828, el mundo del chocolate cambió. En Ámsterdam, Casparus Van Houten jugó con la tecnología más innovadora de la época y, al hacerlo, inventó la prensa hidráulica del cacao. Separó por primera vez la pasta de cacao de la manteca de cacao, revolucionando el cacao. A partir de ese momento, la fabricación del cacao en polvo fue relativamente barata.
La búsqueda de la elaboración perfecta
El hijo de Casparus, Coenraad Van Houten, tomó el relevo y siguió perfeccionando el cacao en polvo. Tras años de aprendizaje de su padre, inventó el ahora mundialmente famoso proceso holandés. Al alcalinizar el cacao, este perdió su sabor amargo y se convirtió en la sustancia dulce y de color suave que todos conocemos hoy en día y que nos encanta.
El descubrimiento incluso allanó el camino para la invención de la barra de chocolate. También hizo posible la producción en gran volumen y que los chocolates fueran algo asequible.
El divino sabor del cacao, elaborado de forma sostenible
Van Houten se esfuerza mucho por volver a poner la sostenibilidad en el menú. A través de Cocoa Horizons, supervisado por la Autoridad Federal de la Fundación Suiza, ayudamos a los agricultores a construir comunidades de cacao autosostenibles que protejan la naturaleza y a sus hijos.